Si bien es cierto que Yammer ofrece capacidades relevantes para la colaboración, la innovación, la gestión del conocimiento, etc. Lo cierto es que algunas empresas pervierten el uso de la plataforma reduciéndola a ser su canal corporativo de comunicación; es decir, literalmente la convierten en la cartelera electrónica para publicar sus actividades.
Al margen de nuestra opinión respecto de esta práctica, debemos tener presente que en Yammer, como en cualquier otra comunicación 2.0, el escuchar o no es una decisión libre del receptor.

Así que, recurriendo a la mencionada capacidad de personalización de la experiencia, podemos fácilmente librarnos del Social Marketing Corporativo, por darle un nombre bonito a ese spam de quien, a fin de cuentas, entendemos paga la plataforma.
Solo tenemos que seguir el procedimiento siguiente: