El intenso dolor permanecía, y de hecho, aún permanece al momento de escribir esto; y, me acababa de dar cuenta que, en cualquier momento, cualquiera puede, solo jalar el cable.
Como mi madre siempre me dijo: “hijo, para morir, el único requisito es estar vivo”.
Es completamente absurdo intentar planificar. Nuestra existencia no es más que un soplo, un respiro en la existencia misma del Cosmos. O vives este insignificante instante que hoy tienes, o puede que al siguiente acabes arrepintiéndote de no haberlo hecho.

Maldita sea, censúrame, critícame, acúsame de lo que quieras. Yo, David Alexander Rengifo Rodriguez, de 49 y 5/12 años de su actual encarnación en este universo o dimensión, te estoy diciendo que, hasta hace unas horas llevaba algunas semanas planeando lo que tendría que ser mi siguiente luna (mes) y hoy me fue comunicado, y “por la puta madre que parió a quien haya acuñado el término de asertividad” puedo decir, que de manera bastante efectiva, que «solo los imbéciles hacemos planes».
Fechas, calendarios, reservas, cálculos, cuentas y demás, fueran aniquilados, pulverizados, en un único instante de mi existencia.
¿En serio? ¿Mi existencia?
No lo sé. Maldición, ¿por qué?