El objetivo de una adecuada iluminación es cumplir con los requerimientos de confort y calidad visual, racionalizando el consumo energético y obteniendo el máximo rendimiento.
La normativa vigente NOM 025-STPS-2008 de la Secretaría del Trabajo busca controlar que exista una correcta iluminación en los centros laborales para un correcto desempeño de las funciones de cada trabajador, en un ambiente seguro y saludable.

La iluminación adecuada en centros educativos garantiza el confort visual, el estado anímico y el rendimiento de la comunidad educativa.
Estudios de la Clínica de Psicología Infantil y Juvenil del hospital de Hamburgo han demostrado que una buena intensidad, temperatura de color y dinamismo aumenta hasta un 35 % la rapidez al leer y reduce un 45 % faltas de comprensión. Por lo tanto, es básico contar con luz que reproduzca bien los colores, sobre todo en las primeras etapas educativas, en las que los pequeños desarrollan su percepción del espacio, orientación y perspectiva.

Para conseguir la correcta iluminación de un centro de enseñanza, esta debe considerar ciertos factores, entre ellos la salud y la reducción del consumo energético.
De acuerdo con el balance obtenido del Análisis de Consumo Energético de los Diagnósticos Energéticos para Escuelas Primarias realizado como parte de los Estudios de Eficiencia Energética en Escuelas realizado por la Secretaria de Energía de México con el apoyo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF, Banco Mundial), los principales consumidores de energía son los sistemas de iluminación con 46%.
En relación al punto del ahorro, no solo los focos LED consumen menos energía, sino que tienen una durabilidad estimada en horas de 8 a 9 veces más que los focos ahorradores. Produciendo un doble ahorro, en el recibo de luz y evitando la compra continua de focos.
Por otra parte, los focos ahorradores contienen de 3 a 5 miligramos de mercurio, un agente contaminante que puede llegar a dañar nuestra salud.